Tercer día de
nuestra movilidad Erasmus, empezamos en el centro a las 8:00 de la mañana con “Reception
class”. Reception sería una clase de acogida de alumnado procedente del extranjero
que no conoce el idioma, por tanto, según su edad empieza en una clase con
otros alumnos en la misma situación. En estas clases el máximo de alumnos son
14. En el momento en que tiene un dominio de su idioma, se incorpora al grupo-clase
que le corresponde por edad.
La diferencia con
nuestra acogida es que tienen un horario normal con todas las materias del
currículum. La primera sesión en la que estuvimos tenían inglés y antes de
empezar cada niño se presentó para así poder practicar su presentación en danés.
También nos informaron que a la vuelta de sus vacaciones (la semana siguiente)
iban a tener una fiesta de Carnaval con piñatas. Aprovechamos también para
hablarles de nuestro Carnaval y hablar del felo, nuestro personaje tradicional
de la zona de Maceda.
Durante la sesión
de inglés, el alumnado estuvo haciendo ejercicios escritos variados de un
cuadernillo de forma individual y a su propio ritmo hasta el momento del
recreo.
Al finalizar el recreo,
fuimos a otra clase de acogida con alumnado de menor edad. Era la clase de danés
y en ese momento había dos docentes en el aula. La docente mostró en la pantalla
interactiva una imagen en color dónde podían verse niños en una clase riéndose
y un niño en el suelo, que había caído de la silla. En primer lugar, de forma
oral, los dos docentes de forma coordinada explotaron la foto haciendo
preguntas a los niños sobre lo que estaban viendo.
La actividad duró
bastantes minutos y, una vez finalizada, el alumnado en sus cuadernos tuvo que
escribir lo que habían comentado previamente y alguno de ellos tuvo que leer lo
escrito para toda la clase.
Cuando llegamos a
esta clase había un pequeño conflicto con una alumna por algo sucedido en el
recreo (no sabemos lo ocurrido) pero, a raíz de esto, los docentes utilizaron
unas láminas que tienen colgadas en una cuerda que va de un extremo de la clase
a otro, para recordar cómo debemos comportarnos con los demás. Esta idea nos pareció
muy interesante.
Otro punto sobre
el que queremos reflexionar es sobre el caso de una niña que en esa sesión empezó
a llorar porque vio que no era capaz de hacer lo mismo que los demás a pesar de
querer hacerlo. Uno de los docentes se acercó a ella y la tranquilizó diciendo
que hiciera lo que pudiera y que no pasaba nada. Finalmente entregó lo que pudo
y la profesora y nosotras la felicitamos y se emocionó y alegró mucho.
Al acabar la clase
se pusieron a comer en el aula cada uno su propia comida y, mientras lo hacían,
estuvieron viendo un vídeo en danés de un personaje famoso “Mr Beard” que les
enseña las letras de una forma divertida.
Después de la comida
tuvimos una sesión sobre “Inclusión”, en la que nos reunimos con dos pedagogas
de este departamento que nos explicaron en qué consistía su trabajo y
resolvieron nuestras dudas.
Como resumen de este encuentro tan productivo nos quedamos con lo siguiente:
- En Dinamarca cuentan con la figura del pedagogo, que no es un docente y que se ocupa del alumnado con problemas o dificultades, del alumnado que no asiste regularmente a clase y de los conflictos.
- Estas pedagogas defienden el trabajo dentro del aula con el alumnado y el profesorado. Para ellas es importante que, en determinados momentos, haya un cambio de rol y que sea el propio profesor el que gestione al alumno con dificultades mientras el pedagogo prosiga con la clase y para que el alumno entienda que no necesita siempre del pedagogo para poder trabajar. El objetivo final es que el alumno se integre y no sea necesario el pedagogo en el aula.
- Las pedagogas se encargan de establecer estrategias para el profesor del aula que pueden ser útiles no sólo para el alumno con necesidades sino también para el resto de alumnos. Sin embargo, algunos profesores son reacios a introducir estas estrategias por miedo al cambio. Por ejemplo, una de estas estrategias es la utilización de imágenes para establecer la agenda de actividades del día.
- En cuanto a los conflictos, la dinámica habitual es la utilización del diálogo y la observación, si no es grave con los alumnos y si es grave involucrando a las familias.
- En el caso de conflictos leves prefieren restarles importancia para que no escale y se involucre a mucha más gente o a la clase.
- Las dos pedagogas proponen incorporar algunas prácticas que se llevaron a cabo durante la época COVID para reducir el número de conflictos, por ejemplo, los recreos escalonados por grupos y uso de más espacios en la hora del recreo (como los gimnasios y la biblioteca).
- Defienden que el recreo tiene que ser un descanso para los niños no una situación de supervivencia y más estrés.
Para acabar
nuestro día fuimos a visitar el castillo de Rosenborg como investigación para
nuestro proyecto de centro “Érase unha vez un Castelo”.


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