Hoy nos metimos de pleno en la metodología STPM. Es un enfoque de la enseñanza que mejora el aprendizaje combinando los objetivos académicos con los sociales, emocionales y físicos mediante el uso intencionado del movimiento, los juegos y las experiencias sensoriales como parte de las actividades cotidianas del aula.
Durante la sesión nos explicaron y llevamos a cabo varias actividades: juegos de movimiento, de silencio y de relajación y actividades de meditación y de bienestar todos aplicables a alumnos de diferentes edades y a las distintas materias (no sólo para el aprendizaje de un idioma).
Todas los juegos vistos pueden usarse como introducción y calentamiento de una clase, como actividad principal, como pausa entre trabajo o como reflexión o fin de clase.
Estudios demuestran que el ejercicio de intensidad moderada dentro del aula mejora:
La capacidad de pensar de nuestros alumnos tanto durante como inmediatamente después de la actividad.
La capacidad para centrar la atención y resistir las distracciones.
La fluidez verbal y la flexibilidad cognitiva.
La capacidad para resolver problemas y tomar decisiones.
La memoria a largo plazo.
Un dato curioso que aprendimos es que los alumnos que incorporan el movimiento a su estrategia de aprendizaje recuerdan el 76% del material, mientras que los que simplemente utilizaron el cerebro para memorizar sólo recordarán el 37%.
Por esta razón, cuando los profesores incorporan el movimiento intencionado, mejoran la comprensión y la retención de sus alumnos.
Aparte de los juegos y actividades de movimiento es sumamente importante los juegos de calma y relajación que en esta metodología denominan “Now Minutes”.
Esto consiste en actividades de entre 1 y 10 minutos a la mitad de una clase para practicar la atención, la respiración, la relajación, el positivismo y la gratitud.
En resumen, una mañana de curso muy bien aprovechada y con nuevas ideas para llevar conmigo vuelta a España e incorporar a mis clases.
Para acabar la jornada de hoy pudimos disfrutar de una tarde relajada en Blue Lagoon, un balneario geotermal al sur de Reikiavik.


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