Hoy toca su a su fin, nuestra semana en el colegio montessori, hemos dejado para el último día el ambiente de 3 a 6 años.
Cuando llegamos al aula, aunque todavía no era la hora de entrada ya había muchos niños, puesto que hay mucha flexibilidad y desde las 8.15 hasta las 9h pueden irse incorporando.
Como en el centro no hay timbre, la profesora Silvie tocó el gong a las 9 para iniciar la jornada y cada uno ocupó su lugar en la asamblea. Nos quedamos un poco impactadas de ver los pequeños recoger y colocarse en completo silencio.
Primero hicieron las rutinas, Silvie les explicó quienes éramos y porqué estábamos allí.
A continuación ella le preguntó a cada niño, que es lo que había pensado hacer esa mañana, acto seguido empezaron a trabajar en aquello que habían decidido.
De manera individual Silvie presenta aquellas tareas nuevas para los niños que ellos realizarán de manera autónoma en sucesivas ocasiones. En el aula hay otra profesora de apoyo durante toda la jornada y la auxiliar de apoyo a los niños con necesidades está a tiempo parcial.
Casi la totalidad de las actividades eran de tipo manipulativo, tanto la lógica matemática, conciencia fonológica y lectoescritura, motricidad, propiocepción y desarrollo de los sentidos....
A medida que conseguían realizar una actividad, ellos mismos lo marcaban con un sello en su cuaderno y cambiaban a otra.
A media mañana, tomaron un tentempié, al igual que los mayores.
Cuándo finalizó el tiempo de las tareas, volvió a sonar el gong, recogieron y se dispusieron en asamblea para la lectura del cuento, nuevamente todo ello lo hicieron en silencio y ordenadamente. Al terminar, se fueron a comer.
En esta mañana, una niña que se va a escolarizar el próximo curso en este ambiente realizaba su primera toma de contacto con el centro y sus compañeros.
Su padre la acompañaba, y esperó pacientemente dentro del aula, ya que la niña se negó a entrar hasta los últimos 15 minutos del periodo dedicado a esta visita.
Mientras los pequeños comían, nosotras fuimos de nuevo al ambiente de 6-9 años. Como el 1º domingo de junio se celebra el día de la madre estaban realizando una tarjeta en la cual tenían que escribir un poema. Tanto la poesía como el diseño y elaboración de la misma la hacían solos y como querían.
Una de las niñas mostró a sus compañeros la colección de plumas y cáscaras de huevos de pajarillos, que había recogido en el parque, la tarde anterior. Luego 3 de los niños tomaron el microscopio y se pusieron a observalas, después las buscaron en varios de los libros para saber de que aves se trataba.
Antes de ir a comer, se dispusieron en círculo y cada niño leyó la poesía inventada de su tarjeta de felicitación.
Por último Léa, inventó un pareado con el nombre de cada niño, al recitarlo lo enviaba al comedor.
Tras haber pasado por todos los ambiente de la escuela, pudimos comprobar que es sobre todo en el primero dónde se puede ver la filosofía Montessori, basada en la manipulación, la autonomía y el respeto a la individualidad de cada niño. Es en esta etapa donde comienza a través de la manipulación y vivenciación la interiorización de los contenidos lo que favorece la futura abstracción...
Nos ha parecido una experiencia transformadora y enriquecedora, y estamos muy agradeciadas a L' École Montessori de Bugey por abrinos sus puertas.


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